Me quedé sin ancla
Em um puerto ilusório
Remé ligero
Para mi puerto seguro
Y allá estaba
De brazos abiertos a esperarme
Con sus palabras sabias
A darme consuelo
Me recompuse
Para recomenzar
La nueva jornada
Que empieza a mostrarse
Pero… las torres imponentes
De mi puerto
La fuerza y el coraje
El alento y consuelo
Se enfermaron
Fragilizaron
Largo todo y me pongo a cuidar
A quien siempre me cuidó
Pero dormité...
Y en mi dormida
La sombra de la muerte se aproxima
Desperté casi a tiempo…
Luché por cuatro días
Cuatro largos días
Sujetando el hilo de plata
Que estaba casi a partirse
Como Ulises
Aprendí que nada somos
Además de humanos sin poder…
Elegí como él lo haría
A mi sufrimiento
y no al de el
De rodillas
Entregué el hilo
Al Grande Océano del Uno
Decretando,
Todavía esperando milagros,
Que sea hecha Su voluntad
En minutos, Su voluntad se hizo
Perdí los sentidos….
Me tiré al Grande Océano
A seguirlo
Para ser llevada por la mano
Como el hizo en este mundo
No conseguí alcanzarlo
Pues los gritos me lazaron
Y me trajieron de vuelta
Mamá! Mamá!
Ojos asustados
Carentes y miedosos
Mirando en mi
Un norte, un puerto, un plomo…
Volví a sentir
Las fuerzas entrañables del Universo
A levantarme
Y a ponerme
Imponente
En frente al timón
Sucede entonces el milagro
No aquel que yo quería
Pero el que estaba escrito
Empiezo a navegar
Y a vivir
Sí, porque navegar es preciso
Pero para mí
Vivir también es!
Cláudia Anahí
Nenhum comentário:
Postar um comentário
Obrigada pela visita e voltem sempre!
Comentários e sugestões são bem vindos! Namastê!